El Dr. Alzheimer identificó una nueva enfermedad que causaba demencia, a través de las lesiones que encontró en el cerebro de una paciente (Frau Auguste D), a la que había conocido varios años antes de su fallecimiento, cuando empezó a manifestar los primeros signos graves de dicho mal.
El prestigio científico de Alzheimer se debe a la descripción de una nueva enfermedad, que llevaría su nombre. Todo empezó con los hallazgos microscópicos encontrados en el cerebro de una paciente fallecida con una demencia en 1906. Para evitar su identificación, la llamó señora Auguste D (en realidad, su apellido era Deter, el de su esposo, un ferroviario). La paciente tenía 51 años cuando fue ingresada en el Hospital para Enfermos Mentales y Epilépticos de Frankfurt en 1901 y el mismo Alzheimer completó su historia clínica hospitalaria. La paciente padecía un delirio de celotipia con ideas paranoides. Creía que su esposo tenía relaciones con una vecina y que todo el mundo hablaba mal de ella. Esta sintomatología se acompañaba de progresiva pérdida de memoria, desorientación en tiempo y lugar, dificultad para encontrar las palabras en la conversación, desconfianza y trastornos de conducta. La paciente permaneció institucionalizada en el mismo centro hasta su fallecimiento, a los 56 años, en un estado de demencia avanzada, agravado por úlceras de decúbito y sepsis. Enterado del deceso por el director del Hospital de Frankfurt, Alzheimer consiguió que le remitieran el cerebro para estudiarlo en su laboratorio de Múnich, donde residía entonces.
Ese mismo año de 1906, Alzheimer comunicó las observaciones clínicas y sus investigaciones neuropatológicas en el congreso de Psiquiatría, en Tübingen. Tituló la conferencia: “Sobre una grave y peculiar enfermedad de la corteza cerebral”. Señaló que junto a los signos externos de atrofia, el examen microscópico mostraba abundantes lesiones en la corteza de dos tipos:
(1) “Placas seniles”, dispuestas entre las neuronas y formadas por conglomerados de neuritas (prolongaciones de las neuronas) con depósito de una sustancia metabólica de desecho (cuya composición se desconocía entonces).
(2) “Ovillos neurofibrilares”, con aspecto de marañas de filamentos enrollados, en el interior de las neuronas que aún no estaban degradadas.
La publicación escrita apareció al año siguiente y, poco después, otros autores y el mismo Alzheimer describieron nuevos casos similares, lo que apuntaba hacia una enfermedad más frecuente de lo que podía suponerse. A pesar de que el viejo Hospital de Frankfurt fue derruido y construido otro en su lugar en 1927 y de los desastres que ocurrieron durante la Segunda Guerra Mundial, 90 años después de la descripción original, tras una fructuosa investigación en los antiguos archivos, se recuperó la documentación de la paciente y varias fotografías suyas, tomadas durante su prolongada hospitalización. Se trataba de Frau Auguste Deter. La historia clínica contenía las anotaciones manuscritas de Alzheimer, así como posteriores de otros colegas. Había una hoja donde la paciente había tratado de escribir fechas y lugares, en respuesta a las peticiones formuladas durante la exploración de su estado mental. Asimismo, se encontraron en Múnich las preparaciones histológicas del caso, sin que el análisis molecular aportara nuevas claves al conocimiento de la enfermedad. La fotografía de Auguste más difundida data de 1902. Se distingue a una mujer de mirada ausente y aspecto envejecido, recostada y en ropa de cama, con brazos encogidos y manos entrelazadas. Detrás de esta imagen se intuyen sentimientos de sufrimiento y aislamiento social. Permaneció asilada en la institución hasta el final de sus días.
¿Quién fue la primera enferma con Alzheimer?
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