Son establecimientos con fines sociales y terapéuticos para los pacientes con deterioro cognitivo.
Se distinguen dos tipos de instituciones ambulatorias en la atención a pacientes con demencia:
(1) El Hospital de Día: es una dependencia especializada que genera el propio hospital y está pensado como una unidad diagnóstica y terapéutica para la atención de los pacientes con trastornos cognitivos y demencia. En él se realiza una valoración exhaustiva de la persona que padece una demencia, tanto para establecer un diagnóstico, como para llevar a cabo controles de seguimiento y aplicar todo tipo de recomendaciones terapéuticas. El paciente recibe una atención pluridisciplinar, tanto médica y de enfermería, como de recuperación funcional a cargo de psicoterapeutas. El paciente acude de forma periódica, previa cita y la asistencia incluye consultas y terapias ambulatorias. En determinados casos el paciente participa en ensayos clínicos.
(2) El Centro de Día: es el establecimiento extrahospitalario destinado al cuidado y atención global de las personas con demencia en jornada diurna. Su presencia se ha hecho cada vez más frecuente en nuestro país. Estos centros no son guarderías de pacientes, sino lugares con objetivo social y terapéutico. Cumplen los siguientes fines:
a. Conservar durante el mayor tiempo posible la situación funcional de los pacientes.
b. Frenar la evolución desfavorable del deterioro cognitivo a través de la estimulación cognitiva, el ejercicio físico y la socialización.
c. Servir de apoyo emocional al paciente a través de las actividades programadas, la compañía y el entretenimiento.
d. Restablecer los ciclos naturales, convirtiendo la jornada diurna en una serie de actividades que faciliten en su casa el reposo tranquilo y el sueño nocturno.
e. Mantener al paciente en su domicilio todo el tiempo posible, evitando o retrasando su institucionalización permanente en una residencia geriátrica.
f. Descargar a la familia y especialmente al cuidador principal de la atención del paciente durante una parte importante del día, facilitando que el cuidador pueda descansar, hacer otras tareas o tener tiempo libre.
Los programas de los centros de día están a cargo de personal con entrenamiento en cuidados gerontológicos y terapias de demencia. Incluyen:
a. Estimulación cognitiva, basada en realizar con los terapeutas ejercicios de orientación (lugar, fecha, fotografías familiares) y actividades manuales (construcciones, pinturas, figuras de plastilina). Los ordenadores son de gran ayuda para mostrar imágenes personalizadas en las pantallas y para realizar con ellos diversos programas cognitivos.
b. Actividades sociales (participación en juegos, pausas de descanso con café).
c. Fisioterapia (es importante que la gimnasia se haga en grupo, para favorecer la motivación y los aspectos lúdicos que se pueden lograr con las tareas combinadas). Las máquinas favorecen el cambio de actividad (bicicletas estáticas, elípticas, cintas para caminar), pero hay que individualizar tiempos y aplicaciones, porque no todos los pacientes pueden realizar los mismos ejercicios, ni en cuanto a tiempo, intensidad o aparatos. Hay modelos motorizados (robots) que están diseñados para su uso en pacientes muy limitados físicamente y, de esta forma, ayudarlos a mejorar musculación, movilidad o equilibrio, con la ventaja que los dispositivos repiten las tareas sin cansarse y el paciente puede estar sujeto por medio de arneses o correas sin peligro a caerse.
d. Atenciones múltiples (necesidades personales de aseo, control de medicaciones durante las horas de permanencia en el centro, comidas, etc.).
e. Asesoramiento en cuidados a los familiares del paciente.
Los desplazamientos desde el domicilio al centro, y viceversa, suelen hacerse en vehículos adaptados y con personal acompañante para vigilar la seguridad de los viajeros. El centro funciona los días laborables, en horario continuado equivalente al de la actividad escolar. Se considera que el centro de día constituye un recurso sociosanitario para la atención diaria al enfermo o a la persona dependiente, en su entorno habitual y en horario equivalente al de la jornada operativa de la mañana y primeras horas de la tarde. Con varios objetivos que cumplir: terapia cognitiva promoviendo la autonomía personal de los enfermos y apoyo social a la familia y al cuidador principal, para que el paciente siga viviendo con él.