Hoy nos escribe Enrique:
«Mi madre de 83 años ha sido atendida en el servicio de Neurología por pérdida de memoria y porque además decía que veía personas y oía voces que para nosotros no eran reales. Nos informaron de que padecía demencia. ¿Podría decirme si la locura y la demencia son la misma cosa?»
Respuesta del doctor Secundino López-Pousa:
«No, no son la misma cosa. Los términos locura y demencia actualmente se utilizan para definir conceptos diferentes. En ocasiones pueden resultar confusos, de modo que, en algunos escritos, es posible que se interpreten en el mismo sentido. Para evitar este tipo de confusiones, desde hace unos años la Academia Americana de Psiquiatría ha propuesto dejar de utilizar la palabra «demencia» por el término trastorno neurocognitivo mayor.
El término «locura», como habrá comprobado a través de los medios de comunicación, cada vez se utiliza menos, y cuando se hace es para describir aquellas enfermedades mentales que provocan un desorden interno y externo del pensamiento de la persona afectada que repercute negativamente a nivel de la familia y de la sociedad.
En otros tiempos estas personas eran consideradas locas o perturbadas y generalmente eran ingresadas en los manicomios y posteriormente incapacitadas.
La locura se entiende como un desequilibrio mental que conlleva la realización de actos extraños y destructivos. Si bien es cierto que hoy casi no se utiliza y si se hace, en general es para referirnos a las personas que sufren algún tipo de esquizofrenia, en otros tiempos este concepto sí fue utilizado para definir numerosas enfermedades que afectan al cerebro y que no conocíamos tan bien como ahora, como pueden ser la epilepsia, el trastorno bipolar, la oligofrenia, la esquizofrenia, los trastornos del espectro autista, la enfermedad de Párkinson, las demencias, así como otras disfunciones mentales.
Actualmente el término demencia se utiliza para agrupar aquellas enfermedades que afectan al cerebro, provocándole lesiones que se manifiestan con un deterioro progresivo de las facultades mentales que generan un mal funcionamiento de las funciones cognitivas, psicológicas y de la conducta, de modo que no le permiten al que las padece el poder realizar adecuadamente las actividades cotidianas que hasta ese momento había realizado correctamente. De ahí que las personas con demencia sufran de modo progresivo alteraciones y pérdidas tanto cognitivas -las más evidentes, la pérdida de la memoria-, de la orientación, las dificultades en la concentración, pero también trastornos psicológicos como la ansiedad, la depresión, el insomnio, la apatía y también cambios en el comportamiento con irritabilidad, agresividad física y/o verbal, cambios de personalidad y falsas percepciones como el deliro o las alucinaciones.
Por lo tanto, podemos decirle que hace cien años su familiar hubiese sido posiblemente diagnosticado de locura o de demencia casi con el mismo significado. Hoy en día, el termino locura se está dejando de utilizar ya que es confuso, y el de demencia también ya que se considera, en el mismo sentido que el anterior, peyorativo. Lo ideal es definir cuál es la enfermedad que causa aquel proceso y hablar del grado de afectación neurocognitivo que presenta en ese momento.
Atentamente”,
Doctor Secundino López-Pousa
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